E-955 (sucralosa) o 1′,4,6′-Triclorogalactosucrosa

Publicado: 8 May, 2013 en Sin categoría
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Hoy, vamos a hablar sobre la «sucralosa»(1′,4,6′-Triclorogalactosucrosa). Un producto químico sintético que está presente en forma de aditivo en más de 4000 productos alimentarios de distribución en la Unión Europea.

Es una sustancia edulcorante que se usa como sustituto del azúcar pues es entre 600 y 1000 veces más dulce al paladar humano.

Se obtiene sometiendo la sacarosa (molécula del azúcar común) a diferentes reacciones químicas, sustituyendo grupos hidroxilo por átomos de cloro.

 

Teóricamente,  este proceso, la hace sumamente estable, evitando así, que sea descompuesta por los ácidos gastro-intestinales de manera que luego no puede ser asimilada por el organismo, siendo finalmente expulsada del mismo. Esto contribuye a eliminar el aporte calórico.

La simple constitución de la molécula, ya le da un perfil tóxico, pues la hace similar a la del conocido DDT (el perjudicial pesticida ya prohibido) o a la molécula del Agente Naranja (potente herbicida usado para deforestar grandes superficies, con posteriores efectos sobre el ADN humano).

No obstante, numerosos estudios, intentan convencernos de su inocuidad, siendo una molécula aprobada para el consumo humano tanto en Estados Unidos como en Canadá o en la Unión Europea.

Lógicamente, esto, beneficia sobre manera a los productores de este polvito millonario, pues es el edulcorante principal de la mayoría de las bebidas industriales (incluso del té envasado) y puede ser consumido por toda la población incluidos grupos de riesgo como los diabéticos.

Pero si leemos la otra cara de la moneda nos encontramos esto: la organización independiente para el cuidado de la salud, así como diversos estudios en diferentes universidades, sí encuentran efectos nocivos, entre otros, la destrucción de la flora bacteriana y un enorme aumento del pH de los intestinos, lo que impide la correcta asimilación de los nutrientes durante la digestión. También impide la entrada a los antioxidantes y otros elementos anticarcinógenos, así como también afecta a la entrada de otros químicos artificiales como los propios de la quimioterapia o los del tratamiento del sida.

También, se ha comprobado que aumenta el peso corporal y que puede generar adicción, pues crea una sensación momentánea de falsa saciedad cuando el organismo necesita glucosa, siendo inmediatamente sustituido por una necesidad aún mayor, puesto que no aumenta el nivel de glucosa en sangre, lo que nos hace seguir necesitando consumir glucosa, y así se genera un bucle de retroalimentación.

Más aún, se ha observado, que nunca es eliminado el 100% de sucralosa introducida en el   organismo, siendo así, bioacumulable, lo que hace que, poco a poco, con u consumo prolongado, el nivel de este aditivo en nuestro organismo alcance niveles importantes. Esto, para una sustancia con una estructura carcinógena, es realmente alarmante.

Por lo tanto, animo a todo el que lea esto, a mirar, antes de comprar, la lista de ingredientes de cualquier producto industrial dulce y comprobar si contiene el edulcorante E-955 o sucralosa. Quizá así, se dieran cuenta de la enorme cantidad de este peligroso aditivo que consumimos a diario.

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